La Música Puede Revelar qué Áreas del Cerebro se ven Afectadas por el Envejecimiento

Los mayores como los jóvenes pueden recordar piezas, pero ciertas partes del cerebro trabajan más.

La Música Puede Revelar qué Áreas del Cerebro se ven Afectadas por el Envejecimiento

El envejecimiento es un fenómeno omnipresente que plantea nuevos desafíos y supone una gran carga financiera para la sociedad. La investigación sobre el mismo (saludable y patológico) es crucial para comprender los cambios en la función y la estructura cerebral a lo largo de la vida y, eventualmente, identificar marcadores tempranos del deterioro neuronal relacionado con la edad.

El envejecimiento se asocia comúnmente con una progresión en la atrofia cerebral, una plasticidad neuronal reducida y un deterioro cognitivo en dominios como la toma de decisiones, la atención, la resolución de problemas y la memoria, como demuestran estudios como el publicado en ‘Journal of Neuroscience’.

Sin embargo, a pesar de la importancia colectiva de estos dominios cognitivos en el funcionamiento diario, el desarrollo de un marco teórico unificado para el envejecimiento cognitivo plantea un desafío científico debido a la variabilidad interindividual y las tasas variables de deterioro en los dominios cognitivos.

Más específicamente, la teoría de la reserva cognitiva, acumulada a través de las opciones de estilo de vida y los factores socioeconómicos, mejora la flexibilidad cognitiva y neuronal, lo que permite que las personas con cambios cerebrales estructurales similares relacionados con la edad varíen significativamente en el rendimiento cognitivo.

EL PODER DE LA MÚSICA

Desde hace años varios estudios han constatado el poder de la música para preservar la cognición. Así, investigadores de la Universidad de Granada (UGR) llevaron a cabo la primera revisión sistemática de todos los estudios que se han llevado a cabo hasta la fecha en el mundo acerca del efecto de la práctica musical sobre el envejecimiento cerebral y de los procesos cognitivos asociados.

El trabajo, publicado en la revista ‘PLOS ONE’, concluyó que la práctica musical, es decir, interpretar música a través de un instrumento o cantando, podría ser una actividad muy eficaz y prometedora en la prevención de los problemas cerebrales y cognitivos asociados al envejecimiento.

La práctica musical involucra múltiples sistemas sensoriales y el motor, así como procesos cognitivos de alto nivel, que implican operaciones mentales más elaboradas que la propia percepción. Además, tocar un instrumento o cantar se ha asociado anteriormente con mejoras neurocognitivas tanto en niños como en adultos.

Asimismo, un informe de la AARP, la organización sin fines de lucro y sin afiliación política más grande de la nación, dedicada a facultar a las personas de 50 años o más para que puedan escoger cómo viven a medida que envejece, constató que la música tenía efectos beneficios sobre el sueño, la depresión y la ansiedad, así como también tiene poderes terapéuticos. Los expertos están aprovechando el poder de la música para ayudar a los adultos a recuperarse de enfermedades y lesiones cerebrales y aliviar los síntomas que causan.

NUEVAS EVIDENCIAS

Llega ahora una investigación de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) en la que los científicos están utilizando obras de Johann Sebastian Bach, junto con exploraciones magnetoencefalografía (MEG, de sus siglas en inglés) y Resonancia Magnética Funcional (MRI) para investigar cómo el cerebro compensa los cambios relacionados con la edad.

Al parecer, las personas mayores son tan capaces como los jóvenes de recordar piezas musicales, pero ciertas partes de su cerebro deben trabajar más. Así lo demuestra este nuevo estudio en la revista científica ‘Communications Biology’.

El ensayo es notable porque combina música clásica y neurofisiología para mapear los cambios que ocurren en el cerebro con la edad.

En el Hospital Universitario de Aarhus, 76 participantes se sometieron a escáneres cerebrales mientras escuchaban una pieza para piano del compositor y organista alemán Johann Sebastian Bach, que habían escuchado dos veces previamente. El estudio muestra que cuando las personas mayores escuchan música familiar, las áreas del cerebro relacionadas con los sentidos se vuelven más activas, mientras que las regiones responsables de la función de la memoria son menos activas.

«Esto sugiere que las áreas sensoriales de los cerebros más viejos trabajan más para compensar la menor respuesta de las áreas que normalmente participan en los procesos de la memoria», ha explicado en un comunicado el profesor asociado Leonardo Bonetti, del Centro de Música en el Cerebro, del Departamento de Medicina Clínica de la Universidad de Aarhus. Realizó el ensayo junto con investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido).

Y ha aclarado: «En él se destaca que los cambios en la funcionalidad cerebral no necesariamente conducen a enfermedades o disfunciones. El envejecimiento no consiste únicamente en tener un cerebro en deterioro, sino en tener un cerebro que se adapta a los desafíos y compensa los mecanismos que se vuelven menos efectivos».

LAS PRUEBAS CEREBRALES

Durante el escaneo cerebral, a los participantes también se les presentaron versiones alteradas de las melodías originales. Los escáneres mostraron que cuando las personas mayores escuchan variaciones de música que no habían oído antes, las partes centrales del cerebro involucradas en los procesos de memoria reaccionan menos que en las personas más jóvenes. La actividad en las regiones relacionadas con los sentidos permanece inalterada.

«El grupo de mayor edad simplemente no muestra las mismas respuestas cerebrales al escuchar nuevas variaciones de la música que el grupo de los más jóvenes. Esto puede ayudar a explicar el mecanismo que hace que a las personas mayores les resulte difícil afrontar los cambios en general», ha insistido el experto.

Espera que el estudio mejore la comprensión de cómo funciona la memoria y que, a largo plazo, pueda influir en la forma en que evaluamos a las personas mayores en riesgo de desarrollar demencia.

«Ahora estamos planeando ampliar el estudio para incluir a personas con demencia leve. La esperanza es que podamos identificar biomarcadores y utilizar los datos para predecir cómo los cambios en la funcionalidad cerebral indican la probabilidad de desarrollar demencia«, ha defendido.

CON MÚSICA DE BACH

El estudio utilizó secuencias musicales inspiradas en composiciones de Johann Sebastian Bach, y esto no fue casualidad, ha recordado Leonardo Bonetti. La música de Bach es muy fácil de recordar porque combina armonías fuertes y una estructura jerárquica clara, que se repite muchas veces, especialmente en el Preludio en do menor de El clavecín bien templado, para el que los investigadores crearon una versión simplificada y controlada.

«Los participantes escucharon la pieza dos veces y luego la recordaron. En la investigación de la memoria, la música suele ser mejor que, por ejemplo, los números o el texto, porque se recuerda de forma intuitiva. Esto nos permite descubrir más fácilmente cómo el cerebro procesa la información a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la música es una excelente herramienta para comprender cómo el cerebro cambia su función para apoyar la memoria a medida que envejecemos», ha defendido el científico.

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